Bienvenida a Español 203

Estimados estudiantes:

He decidido crear este blog como una herramienta que os pueda servir para aclarar algunas dudas que tengáis acerca de los textos que estamos leyendo en clase este semestre. Espero que os sirva también como repaso de los contenidos literarios que componen la clase. Si tenéis algún comentario acerca de los contenidos, podéis comunicármelo o dejar un comentario en el blog.

Muchas gracias y espero que disfrutéis de la literatura española e hispanoamericana este semestre.

Saludos,

Antón García-Fernández
Instructor Español 203-01
Vanderbilt University

Monday, January 26, 2009

"EL DIOS DE LAS MOSCAS", DE MARCO DENEVI / "BORGES Y YO", DE JORGE LUIS BORGES (S. XX)


Marco Denevi
  • Nacido en Argentina, Denevi fue periodista político además de escritor de ficción.
  • Interesado en la dimensión mágica de la realidad, es decir, los elementos mágicos que podemos encontrar en la vida diaria.
  • Sus textos buscan sorprender al lector.

Ideas esenciales de "El dios de las moscas"

  • Multiperspectivismo: el dios de las moscas es diferente para cada mosca.
  • Inversión de las nociones humanas de infierno y paraíso.
  • Punto de vista: es el de una mosca pero filtrado a través de una voz humana.
  • Comentario acerca de la sociedad y de la religión humanas.


Ideas esenciales de "Borges y yo", de Jorge Luis Borges

  • Dualidad imagen pública (Borges como escritor) vs. imagen privada (la personalidad de Borges).
  • La vida como inspiración para la literatura: justificación de la existencia de una persona a través de la literatura.
  • Inmortalidad a través de la literatura.

Texto

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página.


Sacado de Jorge Luis Borges. El hacedor. Buenos Aires: Emecé, 1960.

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